En la madrugada del viernes 5 de marzo la familia y amigxs de Fabiola Ramirez se enteraron de su trágica muerte. Con tan solo 22 años perdió la vida a causa de un transfemicidio.
Todo lo que aconteció después solo evidenció el mal manejo de la justicia y los prejuicios que rondan detrás de las disidencias. Inculpando a su hermana, no realizando los protocolos correspondientes y redundando que fue un suicidio ¿De qué nos sirve tener una ley que instruya a la justicia en género si esto no hace más facil la vida de las mujeres y disidencias?
Un estado ausente en las vidas reales de las disidencias donde las leyes y decretos que amparan no son eficientes, no son transversales.
Desde alquilar una casa, conseguir trabajo, comprar indumentaria, realizar trámites, y la lista puede seguir. Todo se complica cuando unx es diferente a lo que el binarismo impuesto por el patriarcado espera. Ser unx adultx inserto en la sociedad es difícil cuando unx es diferente. No se trata de armar una ley y dejar a todxs contentxs, se trata de educar a toda la sociedad para derribar todos esos prejuicios que se construyeron alrededor de lo diferente.
Fabiola no es una más. Fue un transfemicidio que evidenció el odio y rechazo a lo diferente. No la recordemos por cómo perdió la vida, recordemosla por la forma en que vivió. Siendo una bella mariposa en un mundo de gusanos o en palabras de sus amigxs una chica a la que gustaba divertirse, bailar, disfrutar.
Justicia por Fabiola